Hasta ahora, los experimentos se habían realizado con el gusano del suelo Caenorhabditis elegans, que comparte más del 70% de su composición genética con los humanos. El mecanismo AMAR no sólo mejoró sus parámetros de salud, sino que prolongó su vida en un 50%.
Es más, la activación de ADH1 ayudó al organismo a contrarrestar mejor el aumento de peso e incluso promovió la pérdida de peso.
“El gen ADH1 activo favorece la delgadez incluso cuando los animales comen todo lo que quieren”, declaró Eileen Yorgellina O’Rourke al Nuevo Atlas.
Los científicos quieren ahora probar su mecanismo en ratones y después realizar estudios con células humanas cultivadas.